Combatir el estrés por medio de los videojuegos
El estrés es una reacción natural de nuestros cuerpos ante situaciones que pueden suponer un riesgo para nosotros. A veces no sólo se trata de combatir una preocupación o peligro, pues el no adaptarse a los entornos o salirse de ellos también establece patrones estresantes.
Los estudios ratifican que 3 de cada 4 personas han sufrido en algún momento de su vida síntomas relacionados con este problema. Con la llegada de la crisis se ha acentuado pues son muchas las personas que se sienten preocupadas por su futuro económico y el de su familia. En los jóvenes es habitual por no saber si alcanzarán el nivel deseado de estudios o tendrán un futuro laboral digno.
Los síntomas que se relacionan a esta enfermedad son arritmias y palpitaciones, sudores, falta de sueño y concentración, ansiedad, depresión y escasez de motivación. La respiración es más acelerada, aumenta el nivel de glucosa en sangre y se expulsan al interior substancias como la adrenalina. Todo ello puede modificar nuestro comportamiento cerebral y nervioso.
Videojuegos como solución
Los métodos de ayuda se basan en saber relajarse completamente mediante ejercicios de concentración y respiración. También se enfoca saber afrontar los problemas, viendo la realidad de los mismos, y no sintiéndose alterados por ellos. A todo ello se le suma la realización de actividades no relacionadas con el día a día habitual o deportes que puedan hacer desconectar completamente.
¿Y qué ocurre con los videojuegos? Estamos ante una industria que durante muchos años fue criticada duramente por científicos y asociaciones educativas o de padres. Ponían en duda sus capacidades positivas entre los adolescentes. No sólo eso, se ha llegado a realizar un acoso y derribo contra ellos, a base de afirmaciones no contrastadas sobre los problemas que podían causar.
Con el paso de los años los propios científicos están dando el visto bueno al uso de videojuegos como vehículo de creación de habilidades. También para mejorar deficiencias cerebrales o de visión. A estas tesis se suma la capacidad para combatir el estrés.
En el año 2009 la revista Journal of Cybertherapy and Rehabilitation presentó un estudio en el que participantes con este síntoma aumentaban su estado de ánimo mientras jugaban con la videoconsola o el ordenador. Mejoras en los patrones cerebrales lo mostraban, así como una menor tasa cardiaca y respiratoria. Aquellas personas del proyecto de investigación que no fueron expuestas a los videojuegos no presentaban estos patrones positivos.
¿Qué tipo de videojuegos son mejores?
Una pregunta frecuente con una respuesta que no determina nada en concreto: depende. Cada persona es un mundo y no todos tienen el mismo tipo de estrés. Ocurre lo mismo cuando se realizan actividades deportivas o sociales. Hay gente que realiza deporte intenso y se siente peor o quién va a un balneario a relajarse pero no consigue desconectar si no que se encuentra más saturado todavía.
Esto también pasa en los videojuegos. Se establecen dos perfiles de personas. Aquellos que tienen tensión por exceso de actividades y aquellos que la tienen por inhibirse, por controlarse los impulsos. Para los primeros es importante descansar, desconectar del día a día o de la rutina, mientras que para los segundos es mejor realizar actividades que saquen su fuerza hacia fuera, que canalicen todo lo malo en el exterior.
En el primer caso un buen remedio puede ser videojuegos de rol (por sus tiempos de pausa y recorrido), plataformas o de pensamiento. Que mantengan en concentración pero sin llegar a alterarse demasiado, pensando sin que nadie moleste sobre qué hacer en cada momento o que paso elegir.
En el segundo caso pues los shooters son la mejor experiencia de juego. Sacar esa tensión disparando a otros rivales o bots. Descargar la furia mientras arrasas con todo. Pero también juegos de deportes, carreras o peleas. Sandbox como GTA donde la libertad de acción te permite sembrar el caos o realizar lo que te venga en gana, sin que ninguna persona te diga si está bien o mal.
¿Pueden crear estrés en vez de combatirlo?
No es algo que se pueda afirmar con rotundidad, se podría dar en casos de malos hábitos o donde no se distingue entre el juego o la realidad. Es decir, hay gente que vive una gran inmersión cuando juega a videojuegos, metiéndose tanto en la piel del protagonista de la pantalla que puede llegar a pensar que lo que allí ocurre le está pasando a ellos mismos. Además hay quien se agobia o se frustra durante las partidas.
No todas las entregas están pensadas para todo el mundo. Cuando algo no te genera satisfacción lo mejor es dejarlo. No hay que probar un título sólo porque esté de moda aunque a ti no te guste.
Siempre hay que jugar con moderación, sin excesos, como cualquier otro tipo de actividad. Si se pasa ocho o más horas seguidas delante de la pantalla, sin descansos, sin comer, dejando de lado tiempo que debería ser para dormir, sin complementarlo con otras cosas, etc. Al final pasará factura al cuerpo y al sistema nervioso. Puede ser uno de los pilares para luego sufrir ansiedad o estrés en otros ámbitos de la vida.
En general los videojuegos hacen que mejoremos nuestras habilidades cerebrales y son una fuente fantástica de entretenimiento y diversión. Además, ayudan a combatir enfermedades como el estrés. Utilizarlos de forma correcta hace que su influencia en nuestras vidas sea muy positiva. Coge el mando y prepárate para esta experiencia tan gratificante.
Buen artículo ( ^o^)b
Nunca he usado los videojuegos como vehículo para «desconectar», «relajarme» o cualquier otra función que oigo muchísimas veces a la gente, pero está bien que haya una vertiente informativa sobre ello :)
Varios estudios señalan que los videojuegos pueden ser muy beneficiosos. Varios educadores han advertido que ayudan a potenciar el aprendizaje de niños, adolescentes e incluso adultos. No solo eso, también para rehabilitar a personas con problemas motrices y de visión. Sin lugar a dudas, los videojuegos han dejado de ser solo entretenimiento para convertirse en una herramienta importante para potenciar nuestras habilidades.